Al llegar abajo encontráis una sala con una fosa fangosa en el centro y varios Kobols que os reciben con una lluvia de proyectiles de honda. Con algunos problemas conseguís atravesar la sala.
Continuais un corto pasillo a otra gran sala con varios sarcófagos, decorada con estatuas de guerreros y un altar donde los Kobols están rindiendo tributo a algún dios malvado. Al parecer había alguna que otra trampa en esta sala que disparáis sin daros cuenta esto en combinación con los Kobols hace que paséis algunos apuros.
Tras destruir el altar a la maligna diosa de los dragones “Tiamat” continuáis por unas escaleras a una habitación en la que hay cuatro sarcófagos casi ocultos por montones de huesos, al fondo una pared y una puerta donde tenéis otro encuentro con Kobols y sus Dracos guardianes.
Tras acabar con todos y atravesar la puerta tomáis un pequeño respiro.
(Subís de nivel).